Cada día, suena más en mi cabeza la idea de utilizar lugares y objetos desperdiciados. Cuando alguien crea algo, lo hace con uno o varios propósitos, pero con el paso del tiempo puede ser que el objeto ya no es capaz de cumplir su propósito, en ese momento la existencia de ese objeto es inútil, ya no tiene razón de existir. Cuando un objeto pierde su propósito pierde su valor, por lo tanto se convierte en objeto no deseado. También le decimos basura. Ese objeto ya no tiene ninguna utilidad por lo que el abandono es su destino.
El objeto puede ser cualquier cosa que te imagines, desde una creencia hasta un edificio, todo es afectado por el tiempo. Nada se mantiene igual, tarde o temprano, todo cambia. Si te pones a pensarlo esto pasa con todo en el mundo, plantas, personas, galaxias. Todo se ve afectado por el tiempo. El futuro es dinámico, la única constante es el cambio.
Gracias a la industrialización y el desarrollo tecnológico el hombre ha logrado producir en masa, a precios extremadamente bajos. La humanidad se ha beneficiado increíblemente de este cambio tecnológico. Los productos son más accesibles, baratos y eficientes. No todo el cambio es positivo, también hay consecuencias negativas. El modelo actual trata de producir en masa para lograr economías a escala. Para lograr esto necesitas estandarizar el propósito del objeto. Esta estandarización de propósitos crea millones de productos que con el tiempo van a ser inútiles para la sociedad. Causando un enorme desperdicio de recursos a largo plazo. Agregando la contaminación que genera producirlos.
Los productos con propósitos estándar no es el único problema del modelo. Para producir a escala necesita hacer miles y hasta millones de productos, y luego necesitas vender estos productos, de ahí surge el consumismo. Las empresas necesitaban deshacerse de los millones de productos baratos que habían producido. La solución a la que llegaron fue que necesitaban convencer a las personas de comprar esos productos extras, hubo muchas soluciones como facilidades de pago y promociones. Pero lo que realmente cambió las cosas fue la propaganda o como ellos le llamaron “Marketing”. Las empresas utilizaron el conocimiento obtenido en la segunda guerra mundial sobre cómo influenciar a las masas. El mayor exponente del tema fue Edward L. Bernays. Bernays fue pionero en el área, cuenta con 20 libros sobre el tema y fue consultor del gobierno y de las empresas más grandes de la época.
Utilizando el marketing lograron convencer a las personas que para ser felices necesitaban miles de productos. Siempre necesitaban estar a la vanguardia con productos novedosos o nunca serían felices. El problema fue que los cimientos de la economía se fijaron en el consumismo. Las empresas crecen por el consumo, si no hay consumo no hay crecimiento. Entonces las empresas producen millones de productos desechables, con esto fomentan el consumo y el crecimiento económico, pero con la misma velocidad crece la cantidad de objetos basura y la contaminación del planeta.
Se me ocurren dos opciones para solucionar esto. Las soluciones están basadas en la idea de repurposing o reutilizar. La primera está enfocada en el consumo y la segunda en la producción.
- Consumo: Muchas personas creen que la solución es la reducción del consumo pero este argumento es invalido porque el consumo es igual al crecimiento. Sin consumo no hay crecimiento. En realidad lo que hay que cambiar es lo que consumimos. Necesitamos consumir productos reutilizados, productos de segunda mano. Pero también necesitamos empresas que se dediquen a la producción de este tipo de objetos, gente que se dedique a darle nuevos propósitos a objetos inútiles.
- Producción: Necesitamos que las empresas utilicen materiales que se puedan reutilizar. Necesitamos empresas que transformen los objetos inútiles o desechables otra vez a materia prima. También necesitamos que a la hora de diseñar los productos tengan el objetivo de darle más de un propósito a estos, para aumentar los años de vida útil y reducir el desperdicio. Fomentando la economía circular.
Creo que el concepto de repurposing se debe utilizar, como una filosofía, una forma de pensar más que como un simple concepto. Las aplicaciones son infinitas por eso creo que es más que un concepto.
Esta idea también aplica en el ambiente digital. Por ejemplo en marketing Nike podría crear anuncios con los anuncios que ya tienen sin necesidad de crear uno nuevo de cero, reduciendo costos como resultado. O un programador puede utilizar el código de un programa y darle otro propósito para que el mismo programa realice otra actividad. Puede ser que en una área de la empresa se implemente un proceso nuevo, ese proceso también pueda funcionar en otra área, solo es cuestión de adaptarlo. Una empresa crea una nueva área para aumentar la eficiencia de otras áreas, después de dos años esa área se convierte en una subsidiaria y empieza a dar servicio a otras empresas con lo que cambia el propósito original.
Otros ejemplos tienen que ver con aprovechar espacios sin uso o usos temporales. Estoy hablando de techos, estacionamientos, terrenos, calles, torres, oficinas. Podrías hacer eventos en estacionamientos y poner tiendas en oficinas. Lo clave de esta aplicación es la temporalidad. Las oficinas y estacionamientos solo se utilizan en las mañanas y tardes pero esos espacios son inútiles en los fines de semana y las noches. Porque no podrías hacer un bazar nocturno en un estacionamiento o un antro en la calle o un evento en una oficina. La idea es utilizar estos espacios temporalmente. Los techos solo tienen el propósito de protegerse contra el medio ambiente. Porque no podemos darles un multi propósito a este espacio. Algunos ejemplos que se me ocurren son: poner un huerto o un sistema de recolección de agua o paneles solares.
Otro ejemplo interesante viene desde la agencia espacial europea donde publicaron un estudio sobre la reutilización de satélites de telecomunicación para proteger al planeta de asteroides.
Lo que quiero transmitir con este artículo es que siempre hay que buscar la manera de aprovechar lo desaprovechado. Siempre buscar cómo le podemos cambiar el propósito a las cosas para sacarles provecho.